29 de junio de 2008

Estudio del significado en la gramática actual*

Guillermo Lorenzo Gonzales
Universidad de Oviedo

Noam Chomsky comienza sus artículos más recientes (reunidos ahora en el volumen The Minimalist Program, 1995) caracterizando a la gramática de las lenguas naturales como un mecanismo cuya tarea primordial consiste en establecer conexiones entre sonidos y significados. No es ésta, desde luego, una idea que desembarque radicalmente a la Gramática Generativa de otros enfoques teóricos. Se trata, en realidad, del punto de partida para cualquier investigación sólida sobre los fundamentos y el funcionamiento del lenguaje humano. Un aspecto de la cuestión que sí puede considerarse, en cambio, como una "marca de casa" del generativismo es la importancia concedida a la sintaxis como elemento mediador en el establecimiento de tales conexiones, al extremo de que al funcionamiento de la gramática de las lenguas se atribuye el siguiente esquema:


Este esquema implica que el significado de una oración resulta, en parte, de la aportación semántica individual de cada una de las palabras que participan en ella y, en parte, de las relaciones sintácticas que mantienen entre sí. Algo semejante ocurre en el dominio del sonido, pues la pronunciación de una oración no se basa tan sólo en las instrucciones fonológicas suministradas por cada una de las palabras. También aquí ocurre que el modo de relacionarse entre éstas determina efectos sonoros del tipo prosódico o suprasegmental.

Ateniéndonos al plano de significado, lo anteriormente dicho implica la existencia de dos campos fundamentales de estudio relacionados con el significado lingüístico. De un lado, el estudio del significado de las palabras consideradas individualmente; por otro lado, el estudio de la aportación de las relaciones sintácticas al sentido global de las oraciones.En el primero de estos dominios, son dos, a su vez, los temas que han ocupado primordialmente a los generativistas:
En primer lugar, la cuestión del sistema de representación en que se apoya la relación de cada palabra con la gama de entidades, estados o situaciones del mundo que está capacitada para nombrar. Este puede considerarse como un empeño común a otros planteamientos teóricos.
En segundo lugar, la idea de que la representación del significado de una palabra es, al mismo tiempo, un sistema de instrucción para la sintaxis, idea que puede considerarse como genuinamente generativista.
La integración de estos dos asuntos en una línea de investigación única es uno de los logros más importantes del trabajo de Ray Jackendoff en obras tan trascendentales como Semantics and Cognition (1986) y Semantic Structures (1990). Su idea clave es que el significado de una palabra consiste en una representación articulada en entidades conceptuales, cada una de las cuales puede implicar la participación de uno o más actores. Así, la estructura léxico-conceptual de un verbo como romper implica una primera entidad conceptual relacionada cor una actuación intencional de un sujeto, y una segunda entidad relacionada con un cambio de estado sufrido por una determina da entidad.
Forma igualmente parte de la estructura léxico-conceptual la conexión de carácter causal entre una y otras entidades. De un modo necesariamente simplificado, podemos captarlo en una representación como la siguiente:


[CAUSA (x) [ESTADO1 (y) > ESTADO2 (y)] ]


Cada una de las entidades conceptuales presentes en estas representaciones formaría parte de un vocabulario finito de elementos de naturaleza mental. La representación propuesta arriba no es sólo una descripción del significado del verbo romper; es, además, tal como se sugería arriba, una instrucción de carácter sintáctico, pues informa, por ejemplo, del número mínimo de posiciones que debe proveer la sintaxis de cara a la construcción de una oración correctamente formada en torno al verbo en cuestión. En concreto, la sintaxis debe proporcionar, como mínimo, una posición por cada una de las variables diferentes que aparecen en la representación, dos en este caso concreto.
El segundo de los dominios de investigación apuntados arriba, el de la contribución de la sintaxis al sentido, ha sido un tema distintivo del generativismo desde sus primeros desarrollos. Un empeño muy característico de los generativistas ha consistido en aclarar el fundamento sintáctico de muchos efectos de sentido y relaciones semánticas (ambigüedad, sinonimia, entrañamiento, etc.). Por ejemplo, la ambigüedad de una oración como llegaron los profesores de Oviedo es explicada por el hecho de que esa disposición lineal de elementos es compatible con dos organizaciones jerárquicas de tales elementos:


[SV llegaron [SN los profesores [SP de Oviedo]]]
[SV llegaron [SN los profesores] [SP de Oviedo]


En el primer análisis, el SP de Oviedo forma parte del SN cuyo núcleo es profesores; en el segundo, el mismo SP se relaciona directamente con el verbo llegaron. Al primer análisis le corresponde una interpretación según la cual se habla de profesores oventenses; la interpretación del segundo sólo entraña que Oviedo es el punto de partida de los profesores en cuestión.
Quisiera referirme, para finalizar, a una interesante línea de trabajo que trata de fundir en uno solo los dos dominios de investigación trazados arriba. Se trata del trabajo (aún inédito en su mayor parte) de Kenneth Hale y Samuel J. Keyser sobre las llamadas "estructuras léxico-racionales". Ha de valorarse que la gramática generativa se desenvuelve dentro del paradigma de indagación sobre la mente que conocemos como "teoría representacional". Esta teoría asume que la mente es un complejo de mecanismos capacitados para procesar sistemas de símbolos y de relaciones entre esos símbolos. Si reparamos en el tipo de representaciones léxico-conceptuales vistas arriba al glosar el trabajo de Jackendoff, y consideramos asimismo el tipo de representaciones atribuidas a la sintaxis, concluiremos que las lenguas naturales son, a los Ojos de los generativistas, sistemas capacitados para procesar, al menos dos tipos de representaciones de naturaleza diversa. Recordemos brevemente que las relaciones básicas reconocidas por los generativistas en el terreno de la sintaxis son los que figuran en el siguiente esquema:
Los símbolos relacionados de este modo no son sino las diferentes categorías gramaticales y sus sucesivas proyecciones.
De acuerdo con el viejo precepto metateórico de que optar por lo más simple es optar por lo más probable, un modelo gramatical que maneje no dos, sino un único tipo de representaciones, deberá contar en principio con mayor crédito teórico que su rival. Esto es, precisamente, lo que se han propuesto Hale y Keyser: mostrar que el procedimiento de representación del significado de la palabra no es otro que el procedimiento de representación de las relaciones sintácticas. Así, consideran que a cada una de las unidades conceptuales que describen el significado de una palabra le corresponde canónicamente una determinada categoría gramatical: romper, por ejemplo, consta en su definición de una primera entidad causal cuya categoría es la verbal (nomra un "hacer", un "actuar" sobre algo), de una segunda entidad que expresa un estado resultante de naturaleza igualmente verbal, y de una última entidad de tipo adjetival que nombra las características de ese estado resultante. Consideran, por otro lado, que la relación semántica entre estas entidades se expresa mediante los patrones básicos de relación sintáctica. En conclusión, el contenido léxico de un verbo como romper consistirá, bajo estos supuestos, en una representación como la siguiente:
La aplicación de un proceso morfológico de incorporación del adjetivo en el verbo de estado, y de ambos en el verbo causal, dará lugar a la forma léxica superficial romper, como en Juan rompió la ventana, donde Juan y rompió la ventana, donde Juan y la ventana se insertan en las posiciones de especificado de cada uno de los núcleos verbales primitivos. La incorporación, únicamente, del verbo, de estado en el causal nos daría la plantilla para una oración como Juan dejó la ventana rota: en este caso, dejar actúa como verbo auxiliar, y en la posición de núcleo adjetival se inserta un verdadero adjetivo, que aporta el verdadero contenido de la relación entre Juan y la ventana. La (cuasi) sinonimia entre estas dos oraciones queda captada por la atribución de la misma plantilla de relaciones léxico sintácticas a cada una de ellas.
En conclusión, los grandes temas de la semántica generativista se concentran, por un lado, en la incidencia de la sintaxis en el significado y, por otro lado, en la indagación del sistema en que se apoya la representación del significado de las palabras, sistema que podría potencialmente contener el propio armazón sintáctico de las oraciones. ¿Dónde queda en todo este panorama teórico el célebre santo y seña generativista de la "autonomía de la sintaxis"- Acaso haya que asumirlo como una renuncia (menor, en cualquier caso) del programa generativista. Con todo, es éste un episodio parcial en el que percibimos una pauta mucho más general de la evolución del generativismo, dispuesto ahora a relativizar la propia autonomía de la gramática, y a entroncarla más sólidamente en el sistema de módulos y mecanismos de la mente.
En este contexto, sería ciertamente contradictorio que la arquitectura interna de la gramática constara de sistemas tan aislados y autónomos como originalmente se pretendió.
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* Texto de autor en base a la conferencia del 26/09/96 en la Escuela de Lingüística de la UNMSM.
En: Alma Mater, 15, Fondo Editorial de la UNMSM, 137-140. 1998.

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