¿Dejaría de escribir “hola” sin “h”? Sabemos que la “h” es “muda” y, sin embargo, sigue ahí, incólume. Esta letra, a la que en algún momento le correspondió un sonido, se mantiene en la escritura por un motivo muy simple: la tradición.
En su evolución, la palabra hablada y la escrita no siempre tienen la misma suerte, y como con la hache, en la tradicional manera de escribir “Cuzco”, entre la zeta y la ese ha habido una confusión que terminó en un cambalache padre. Veamos. De la tradicional escritura con “z” de uso generalizado hasta los años setenta, se cambió a un invariable uso de “s”, primero en todo el Cuzco y luego difundido por los medios periodísticos. Los propios cuzqueños promovieron este cambio con argumentos como el carácter “españolizante” de la “z”: la pronunciación interdental –como es en España– no es un sonido del quechua y, de hecho, en esta lengua no existe ese fonema.
Pero en el castellano antiguo tampoco existía el sonido interdental; la letra “z” representaba al sonido sibilante alveolar, que es nuestra “s” actual. Más bien, la letra “s”, en aquel entonces, representaba el sonido sibilante apical, una “s” mucho más “silbante”, que escuchamos hasta hoy en Madrid. Así pues, cuando llegaron los españoles en el siglo XVI, el nombre de la capital del Tahuantinsuyo se pronunciaba en quechua con un sonido idéntico al de nuestra “s” actual, por lo cual, escribieron “Cuzco” con “z”.
Así, el oído de los cronistas no mentía, pero tampoco miente el oído de los cuzqueños, quienes, según su criterio, decidieron “actualizar” la grafía acomodando la letra a la pronunciación que le corresponde. Como vemos, cambiar la “z” por “s” carece de sustento histórico y obedece a un criterio regionalista, y aunque es una razón del todo atendible, en PuntoEdu hemos decidido escuchar la sugerencia del doctor Cerrón-Palomino de mantener la escritura tradicional: nos regresamos pal’ Cuzco.
Mira el video con la explicación del doctor Rodolfo Cerrón-Palomino.
Fuente: Punto.Edu
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