15 de junio de 2012

"El problema con las palabras es que a veces son cajas 2D y a veces cajas 3D"

Joel Armando Zavala Tovar
Pontificia Universidad Católica del Perú
jzavalat@pucp.pe

El reciente libro de Mario Montalbetti, poeta y lingüista de la Pontificia Universidad Católica del Perú, se titula Cajas. Con un diseño  y organización que muy pocos libros tienen (el de libro objeto), Montalbetti expone algunas de sus principales ideas en torno a la lingüística, la filosofía, la arquitectura, el arte y el psicoanálisis. El libro recorre estas áreas para dar forma a cada una de sus argumentaciones y sostener la exposición en relación con el signo (significado más significante en la concepción saussureana).

Muchas de las ideas expuestas por Montalbetti en "Cajas" son producto de un trabajo de reflexión de varios años en relación al problema del significado, es por eso que en el curso de Lingüística General de la Especialidad de Lingüística de la PUCP, que en algún momento cursé con Mario, vimos y discutimos muchas de estas novedosas ideas, además de las varias exposiciones que el brindó tanto en la Facultad de Arquitectura de la PUCP como en la de Lovaina.

Montalbetti empieza por presentarnos "cajas" hasta llegar a una comparación muy simpática entre la naturaleza de las mismas (3d, 2d, objeto de la promesa)  y las palabras, signos dotados de significado y significante. Lo más resaltante de todo esto, para efectos de la teoría lingüística, son las conclusiones a la que llega Montalbetti:


"[...] las palabras prometen significados"
"[...] entonces, el significado como objeto a secas puede no existir... con tal de que la palabra siga prometiendo un significado" (Las cursivas son nuestras).
"El significado es el objeto de la promesa del significante. (Lacan dijo algo parecido.)" (Las cursivas son nuestras).
"El significado es "lo que no se ve" en una palabra, porque ha sido escondido adentro"

Al final, el autor expone con más claridad aquello que llamamos "sentido" (¡que no es lo mismo que significado!) y la idea del significado como objeto de la promesa del significante, que en otros lados ha llamado "el significado como ilusión del significante" y cómo esto se aplicaría en objetos artísticos concretos en relación con la interpretación y la naturaleza del objeto artístico.

Cajas es un libro polémico por sus novedosas ideas. Nunca había visto una argumentación tan clara y directa en relación con la naturaleza del significado (frente a las definiciones circulares y poco convincentes de ciertos lingüistas, un problema de muchos años) que quiebre los tradicionales argumentos saussureanos y se alimente de otras disciplinas. Finalmente, parece que el significado no existe, que es una ilusión y que si queremos saber qué es debemos hurgar al máximo en sus propiedades.
15 de junio de 2012

2 de junio de 2012

Subjetividad, variación y contacto de lenguas

Joel Armando Zavala Tovar
Pontificia Universidad Católica del Perú
jzavalat@pucp.pe

La subjetividad, en términos del lenguaje, puede ser entendida como un fenómeno de percepción, es decir, un conjunto de actitudes que el hablante de una lengua proyecta sobre determinados hechos lingüísticos, sean estos propios o ajenos. Como afirma Caravedo, los hablantes que comparten un espacio común tienen un conjunto de usos o hábitos lingüísticos más o menos homogéneos donde existe una aceptación tácita de los mismos. En otras palabras, no se valoran de forma positiva o negativa. Un ejemplo de este tipo vendría a ser el caso del seseo en Hispanoamérica en la que la proyección de los hablantes podría ser considerada neutral. La evaluación negativa solo podría darse en el caso de hablantes con modalidades diferentes, como en el caso de la castellana no seseante  (2005: 19). A este tipo de valoraciones se les denomina indirectas.
En el caso de las valoraciones de carácter directo, estas se presentan cuando se percibe un rasgo determinado de una modalidad global y luego los hablantes proyectan sus valoraciones. Caravedo (2005:19) propone que en este tipo de valoración debe hacerse una diferencia entre la autoevaluación o reconocimiento (como en el caso de la distinción entre /s/ y /θ/ por parte de los hablantes de castellano central) y la evaluación de modalidades diferentes a la propia. Sin duda ambos tipos de proyecciones de los hablantes pueden influir en la dirección de la variación de la lengua.
En función de los aspectos vinculados con la subjetividad que hemos detallado, presentaremos un conjunto de factores lingüísticos relacionados con ella para finalmente ver cómo influyen en el contacto lingüístico.

1.     Subjetividad y norma
En el terreno de la lingüística, se emplean conceptos como lengua estándar, lengua vulgar, norma culta, nivel estándar, nivel subestándar, etc., para referirse a modalidades que se aproximan o se alejan de la norma. Es así que aquello más cercano a la norma es considerado como culto, mientras que aquello que mantiene distancia de la norma se va configurando como vulgar o menos culta. Sin duda, estos términos son proyección de las percepciones realizadas por hablantes sobre determinadas modalidades de habla. Esta idea se afianza cuando existen academias de la lengua que, entre otros propósitos, aspiran a la fijación o unificación de la norma (sino recordemos la ya gastada frase de la Real Academia de la Lengua Española: «limpia, fija y da esplendor»). Aunque no estemos de acuerdo con las actividades de estas instituciones[1], ya que contravienen la naturaleza propia del lenguaje (su historicidad y evolución), creemos que es necesario llamar la atención sobre las diversas consecuencias que esto acarrea en relación con los fenómenos de variación lingüística.

2.     Subjetividad y hechos linguisticos
Como hemos mencionado al iniciar nuestra presentación, la subjetividad y la percepción puede vincularse con los hechos lingüísticos. Esto se manifiesta cuando los hablantes proyectan sus percepciones sobre fenómenos linguisticos propios o ajenos, es decir, configuran un conjunto de valoraciones positivas o negativas de carácter múltiple. Por poner algunos ejemplos, ciertos hablantes de castellano andino se jactan de su pronunciación de /ʎ/ frente al imperante yeísmo costeño diciendo que “así no es”, “así no se dice” etc. También se presenta el caso en que hablantes de modalidades ajenas al castellano andino manifiestan su prejuicio sobre el fenómeno de la motosidad[2]. Como vemos en estos ejemplos, los hablantes toman su modalidad como instrumento de valoración de otras modalidades y van configurando lo que se conoce como prejuicios lingüísticos, los cuales detallaremos más adelante.

3.     Subjetividad y gramáticas
Así como los hablantes proyectan sus valoraciones sobre hechos lingüísticos, los gramáticos, es decir, los que elaboran gramáticas, también se ven influidos por fenómenos de percepción. Muchas gramáticas elaboradas por hablantes de la propia lengua que describen, hacen explícitas sus consideraciones sobre estructuras lingüísticas en función de la norma, sus propias convicciones o, en algunos casos, sus lineamientos teóricos. Un ejemplo que puede clarificar esta idea sería la siguiente caracterización de Alonso y Henríquez Ureña para referirse al fenómeno de los dativos de interés, donde consideran que estos expresan “la acción poniendo el sujeto toda su alma y afianzando su personalidad” (1953: 106). Sin duda se trata de una caracterización donde la subjetividad y percepción se manifiestan claramente y en la que se pierde la capacidad explicativa del fenómeno en cuestión.

4.     Subjetividad, higiene verbal, mitos y prejuicios linguisticos
De acuerdo con Cameron (1995) los hablantes manifiestan sus apreciaciones sobre los usos lingüísticos de otros hablantes en términos positivos o negativos a los que denomina higiene verbal. Este término abarca también lo que los lingüistas conocemos como prescriptivismo y donde, sin duda, también se presenta el fenómeno de la subjetividad tal como lo hemos descrito anteriormente.
Otros términos que describen fenómenos de percepción y subjetividad en relación con hechos linguisticos son los llamados prejuicios linguisticos, como el caso de la motosidad, y los mitos lingüísticos, como la consideración de que “el francés es una lengua lógica”, “las mujeres hablan mucho más”, “algunas lenguas son más difíciles que otras”, o que “los doble negativos son ilógicos” (Cfr. Bauer y Trudgill 1998).

Conclusión
A modo de conclusión, el contacto de lenguas, como fenómeno lingüístico no está exento de los factores que hemos detallado anteriormente. En situaciones de contacto, los hablantes de una lengua transmiten sus propias valoraciones a los de otra lengua y viceversa. En algunos casos, las valoraciones positivas o negativas de determinadas variedades inmersas en el contacto van consolidando ciertas estructuras lingüísticas o finalmente, estableciendo relaciones diferenciales, incluso entre hablantes de una misma lengua. Es obvio que el estudio de la situación de contacto en estos términos complicaría la tarea del lingüista en el sentido de que las valoraciones de los hablantes sobre sus modalidades de habla deberían formar parte de la descripción gramatical.

Bibliografía
ALONSO, Amado y Alonso HENRÍQUEZ UREÑA
1953            Gramática castellana. Buenos Aires: Editorial Losada.

BAUER, Laurie y Peter TRUDGILL
1998            Language myths. London: Penguin.

CAMERON, Deborah
1995            Verbal Hygiene. New York, London: Routledge.

CARAVEDO, Rocío
2005          “La realidad subjetiva en el estudio del español de América”. En  VOLKER, Noll, Klaus ZIMMERMANN e INGRID NEUMANN –HOLZSCHUH (eds.). El español en América. Aspectos teóricos, particulares, contactos. Madrid: Vervuert, pp.17-32.

CERRÓN-PALOMINO, Rodolfo
2003        Castellano andino. Aspectos sociolingüísticos, pedagógicos y gramaticales. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú/GTZ.

PÉREZ, Jorge, Jorge ACURIO y Raúl BENDEZÚ
2008            Contra el prejuicio lingüístico de la motosidad. Un estudio de las vocales del castellano andino desde la fonética acústica. Lima: Instituto Riva Agüero, Pontificia Universidad Católica del Perú.


[1] Sin duda esto también caería dentro del fenómeno de percepción y subjetividad.
[2] De acuerdo con Pérez, Acurio y Bendezú (2008) la motosidad puede ser entendida como “el prejuicio lingüístico según el cual los hablantes de castellano andino, especialmente los bilingües, pronuncian la i como e y la e como i, y también la u como o y la o como u”.

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