El lingüista y pensador norteamericano Noam Chomsky (Filadelfia, USA, 1928) es más un catalizador que un dios en el altar, según asegura su biógrafo, el investigador canadiense Robert Barsky, que acaba de publicar en España "Noam Chomsky. Una vida de discrepancia" (Península).
En una entrevista concedida a Efe, Barsky comentó que "para Chomsky, todas las personas son importantes, tienen un potencial, y nunca está subido en un pedestal desde el cual nos mira".
Barsky precisa que "Chomsky es un catalizador para que el resto desarrollen ese potencial y no un dios subido en un altar" y esa filosofía le lleva "a ponerse a nivel de todo el mundo y evitar el autoritarismo y el dogma".
El biógrafo confiesa que cuando se conoce a Chomsky "te das cuenta de que es como aparenta y por eso no te extraña que reciba en su despacho de la universidad a todo el mundo y le preste atención, independientemente del rango o la categoría de la persona".
Admite Barsky que es contradictorio escribir una biografía de un pensador que detesta el género biográfico, si bien matiza que "no se trata de una biografía al uso, sino de un retrato intelectual, con el objetivo de trazar todas las influencias de pensamiento, tanto históricas como actuales, que han llevado a Chomsky a sus actuales posicionamientos".
Entre esas influencias, destaca la Ilustración, Descartes, Humboldt, los anarquistas Proudhon, Bakunin, el anarcosindicalismo español, Bertrand Russell o Rosa Luxemburgo.
Barsky añadió que el movimiento anarquista catalán que funciona durante la Guerra Civil española es lo más parecido a las ideas sociales de Chomsky, que se alejaron de la tendencia marxista de su profesor universitario.
"Al igual que los anarquistas en 1936, Chomsky -sostiene el autor- no apuesta por el seguimiento de unas directrices como hacían los marxistas, sino que defiende que cada persona desarrolle sus propias ideas".
Barsky recuerda que "con estas ideas de libertad personal el movimiento anarconsindicalista resultaba una amenaza para el sistema y por eso fue perseguido por Franco y por los comunistas".
Esas ideas llevaron a Chomsky a sentirse más cercano del pensamiento del anarquista Rudolf Rocker, que no de Marx o Stalin, dijo el biógrafo.
Aunque en más de un ocasión Chomsky es comparado con el cineasta y también activista Michael Moore, la gran diferencia es que "el gobierno de Bush aborrece a Moore, a quien ve como el diablo, mientras que la discrepancia con las ideas de Chomsky no impide reconocer su trabajo científico, como filósofo de la mente y sus estudios de la lingüística".
Sobre el futuro, Chomsky es "optimista si piensa en la naturaleza humana, pero muy pesimista con el autoritarismo de Estados Unidos en el mundo o con la forma que tiene el ser humano de manejar el planeta".
Fuente:http://www.periodistadigital.com/ultima_hora/object.php?o=196986&print=1
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