Por Joel Armando Zavala Tovar
Noam Chomsky, lingüista estadounidense, creador de la gramática generativa, inició una verdadera revolución en el campo de la lingüística en 1957 con la publicación de sus Estructuras sintácticas, en la que concibe al lenguaje como una facultad innata, que es uno de los soportes sobre el que se sustenta su gramática.
La gramática generativa, como el propio Chomsky lo afirma, trata de descubrir los mecanismos que intervienen en el uso del lenguaje para, de este modo, poder ser estudiados y dar cuenta de cómo estos se usan de manera creativa en la vida diaria. Este tipo de gramática surgió en el contexto de lo que se suele denominar “revolución cognitivista” de los años 50 y fue un factor importante para el desarrollo de ésta. Desde el punto de vista del cognitivismo, tanto el comportamiento como sus efectos son dejados de lado para su estudio, debido a que estos datos pueden proveer evidencia respecto a los mecanismos internos de la mente y los modos en que estos funcionan al ejecutar acciones e interpretar la experiencia.
La facultad del lenguaje puede ser considerada como una facultad biológicamente dada y única, en ese sentido, debe ser estudiada como un órgano biológico al igual que los científicos estudian el cerebro, el corazón y otros órganos del cuerpo. La naturaleza de esta facultad, al estar genéticamente determinada, supone un estado inicial de la misma, es por eso que podemos decir que una lengua es producto de la interacción de dos factores: un estado inicial y la experiencia. El estado inicial puede ser considerado como un “mecanismo de adquisición de lenguas” que procesa experiencia como input y genera lengua como output.
La gramática generativa ha evolucionado notablemente desde su primera etapa con la teoría estándar, pasando por el modelo de principios y parámetros hasta llegar al programa minimalista, que representa el estado actual de la gramática chomskyana. Esta última etapa considera que la facultad del lenguaje al interactuar con otros sistemas establece “condiciones de legibilidad” así, por ejemplo, el sistema senso - motor “lee” las instrucciones que tienen que ver con los sonidos, “las representaciones fonéticas”, generadas por el lenguaje. El programa minimalista necesita que se examinen algunos supuestos generalmente aceptados, el principal es el de considerar que el lenguaje tiene sonidos y significados, en términos actuales, esto quiere decir que la facultad del lenguaje involucra a otros sistemas de la mente/cerebro en dos “niveles de interface”, uno relacionado con los sonidos y otro con los significados. Esta propuesta afirma que el lenguaje puede ser entendido de mejor manera a partir de las condiciones de legibilidad de las interfaces y que lo que en algún momento la gramática generativa consideró mejor para entender las lenguas (aquí me refiero a los conceptos de estructura profunda y estructura superficial) fue descrito equivocadamente.
Desde esta perspectiva lingüística es posible considerar a la lingüística como una disciplina de las ciencias biológicas, pues, el objeto de estudio de la lingüística es un objeto de naturaleza biológica. A esto último, se le ha denominado biolingüística, es decir, el estudio del lenguaje como un órgano biológico.
Lo que presentamos aquí constituye el estado actual de la ciencia lingüística que día a día se nutre de otras disciplinas para tratar de comprender la facultad humana del lenguaje.
* Gran parte de este artículo contiene información del siguiente texto: Nuestro Conocimiento del Lenguaje Humano: Perspectivas Actuales de Noam Chomsky (conferencia dada en la Universidad de Concepción de Chile en 1996). Evito el uso de citas para facilitar la lectura del texto.
LIMA, NOVIEMBRE DE 2006.
© JOEL ZAVALA TOVAR, 2006
Noam Chomsky, lingüista estadounidense, creador de la gramática generativa, inició una verdadera revolución en el campo de la lingüística en 1957 con la publicación de sus Estructuras sintácticas, en la que concibe al lenguaje como una facultad innata, que es uno de los soportes sobre el que se sustenta su gramática.
La gramática generativa, como el propio Chomsky lo afirma, trata de descubrir los mecanismos que intervienen en el uso del lenguaje para, de este modo, poder ser estudiados y dar cuenta de cómo estos se usan de manera creativa en la vida diaria. Este tipo de gramática surgió en el contexto de lo que se suele denominar “revolución cognitivista” de los años 50 y fue un factor importante para el desarrollo de ésta. Desde el punto de vista del cognitivismo, tanto el comportamiento como sus efectos son dejados de lado para su estudio, debido a que estos datos pueden proveer evidencia respecto a los mecanismos internos de la mente y los modos en que estos funcionan al ejecutar acciones e interpretar la experiencia.
La facultad del lenguaje puede ser considerada como una facultad biológicamente dada y única, en ese sentido, debe ser estudiada como un órgano biológico al igual que los científicos estudian el cerebro, el corazón y otros órganos del cuerpo. La naturaleza de esta facultad, al estar genéticamente determinada, supone un estado inicial de la misma, es por eso que podemos decir que una lengua es producto de la interacción de dos factores: un estado inicial y la experiencia. El estado inicial puede ser considerado como un “mecanismo de adquisición de lenguas” que procesa experiencia como input y genera lengua como output.
La gramática generativa ha evolucionado notablemente desde su primera etapa con la teoría estándar, pasando por el modelo de principios y parámetros hasta llegar al programa minimalista, que representa el estado actual de la gramática chomskyana. Esta última etapa considera que la facultad del lenguaje al interactuar con otros sistemas establece “condiciones de legibilidad” así, por ejemplo, el sistema senso - motor “lee” las instrucciones que tienen que ver con los sonidos, “las representaciones fonéticas”, generadas por el lenguaje. El programa minimalista necesita que se examinen algunos supuestos generalmente aceptados, el principal es el de considerar que el lenguaje tiene sonidos y significados, en términos actuales, esto quiere decir que la facultad del lenguaje involucra a otros sistemas de la mente/cerebro en dos “niveles de interface”, uno relacionado con los sonidos y otro con los significados. Esta propuesta afirma que el lenguaje puede ser entendido de mejor manera a partir de las condiciones de legibilidad de las interfaces y que lo que en algún momento la gramática generativa consideró mejor para entender las lenguas (aquí me refiero a los conceptos de estructura profunda y estructura superficial) fue descrito equivocadamente.
Desde esta perspectiva lingüística es posible considerar a la lingüística como una disciplina de las ciencias biológicas, pues, el objeto de estudio de la lingüística es un objeto de naturaleza biológica. A esto último, se le ha denominado biolingüística, es decir, el estudio del lenguaje como un órgano biológico.
Lo que presentamos aquí constituye el estado actual de la ciencia lingüística que día a día se nutre de otras disciplinas para tratar de comprender la facultad humana del lenguaje.
* Gran parte de este artículo contiene información del siguiente texto: Nuestro Conocimiento del Lenguaje Humano: Perspectivas Actuales de Noam Chomsky (conferencia dada en la Universidad de Concepción de Chile en 1996). Evito el uso de citas para facilitar la lectura del texto.
LIMA, NOVIEMBRE DE 2006.
© JOEL ZAVALA TOVAR, 2006
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