Pontificia Universidad Católica del Perú
jzavalat@pucp.pe
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El
castellano andino constituye, como toda manifestación lingüística, un hecho social presente en gran parte de
nuestro territorio que puede explicarse desde múltiples perspectivas (aspectos
sociolingüísticos, pedagógicos, contacto lingüístico y aspectos gramaticales)[1].
Lo que aquí nos interesa es explicar el
castellano andino en función de factores relacionados con la situación de
contacto lingüístico, cambio lingüístico y variación lingüística que se
fundamentan, en gran parte, en las ideas de Coseriu (1978). Empecemos, pues,
precisando que el castellano andino se da en la boca de los hablantes, es
decir, se manifiesta en el hablar propio de los individuos y se configura como
parte del conjunto de hábitos lingüísticos de una comunidad (acervo lingüístico). Más adelante
precisaremos en qué consiste este conjunto de prácticas lingüísticas cuando
expliquemos cómo es que el castellano andino debe ser considerado dentro de una
situación de contacto de lenguas. Por el momento, sigamos exponiendo ideas
generales. El castellano andino también
puede ser visto como un sistema de isoglosas, es decir, como un
objeto de estudio que condensa dos planos no contradictorios o dicotómicos
(como los de Saussure en el Curso).
El primero de ellos es aquel que toma en cuenta aspectos lingüísticos que se
transmiten generacionalmente —como se da en el caso del castellano andino
cuando los hablantes lo aprenden como lengua materna (L1) y cuyo origen es
esencialmente una situación de contacto inicial. El segundo plano considera los
hechos actuales de la lengua
(tradiciones discursivas contemporáneas del castellano andino, literatura,
etc.) que, no obstante, también pueden transmitirse.
El castellano andino. Contacto de
lenguas y cambio lingüístico
Existen
diversos modos de caracterizar el castellano andino, por poner algunos
ejemplos, podríamos decir que se trata de una lengua pidgin o, mejor aún, una lengua
criolla, aunque esta visión resulte explicativamente pobre ya que se propone
una receta (léxico de tal lengua + gramática de tal lengua) que no captura factores externos inmersos en el
nacimiento de la lengua, variedad o dialecto. Otra explicación, tan parcial
como la anterior, resulta aquella que se concentra o se fundamenta en el hecho
de que dos lenguas se fusionan o se
encuentran y forman una nueva, así de simple, dejando de lado, al igual que
el primer ejemplo, “dinamismo, convivencias y mezclas entre personas que hablan
lenguas o variedades distintas” (Garatea 2011).
Nuestra
propuesta es que el estudio y caracterización del castellano andino debe
abordar tres aspectos fundamentales que confluyen: contacto de lenguas, cambio
lingüístico (factores internos y externos) y alteridad[2].
·
Contacto
lingüístico, porque finalmente el castellano andino se
explica en función del contacto de hablantes de lenguas (hablantes de quechua -
hablantes de español, hablantes de quechua y aimara - hablantes de español o
hablantes de aimara - hablantes de español).
·
Cambio
lingüístico, ya que el castellano andino al ser un hecho
lingüístico está marcado por la historicidad[3].
Esta característica se desprende en factores
históricos (factores externos a la lengua) y factores estructurales
(factores internos a la lengua, pero que no dejan de ser históricos). Los
factores externos para el caso del castellano andino estarían determinados por
la situación histórica, política y social sucedida en el Perú y que configuró
el contacto entre hablantes de español y lengua como el aimara o el quechua.
Los factores internos, en cambio, serían aquellos que caracterizan
estructuralmente al castellano andino como, por ejemplo, el cambio vocálico de /e/ por /i/, de /i/ por /e/, de /u/ por /o/ o la
falsa pronominalización.
·
Alteridad.
Por
lo que se deriva de la situación de contacto lingüístico entre hablantes, el
castellano andino es un conjunto de hábitos o tradiciones discursivas propias
de hablantes que interactúan entre sí y donde se toma en cuenta la percepción
del otro. Existen textos coloniales donde hay evidencia de castellano andino y
donde la alteridad juega un papel importante de acuerdo con el destinatario y
propósito discursivo.
Estos
aspectos deberían dar cuenta de la naturaleza del contacto lingüístico de
manera mucho más coherente, aunque no autosuficiente, ya que la distancia del
objeto siempre constituye un problema para la ciencia y en cuyos espacios
podrían filtrarse algunos detalles que escapan a los ojos del investigador.
Como
corolario valdría decir que al igual que en todas las lenguas, el castellano
andino constituye un conjunto muy variado de elementos que confluyen y que
configuran un objeto de estudio particular una vez abstraído. Sin embargo, las caracterizaciones que se han
hecho del mismo todavía resultan insuficientes y han creado cierta confusión en
el ámbito del contacto lingüístico en el espacio andino, incluso entre
investigadores de gran trayectoria.
Bibliografía
CERRÓN-PALOMINO,
Rodolfo
2003 Castellano andino. Aspectos
sociolingüísticos, pedagógicos y gramaticales. Lima: Pontificia Universidad
Católica del Perú/GTZ.
COSERIU,
Eugenio
2006 “Diez
tesis a propósito del lenguaje y del significado”. Literatura y lingüística. Chile,
vol. 17, pp. 327-331
1978 Sincronía,
diacronía e historia. El problema del
cambio lingüístico. Madrid: Gredos
GARATEA,
Carlos
2011 “Notas
para una explicación integral del contacto de lenguas”. Lingüística. Chile, vol. 26, pp. 248-259.
SAUSSURE,
Ferdinand
1993 Curso de lingüística general. Traducción
de Amado Alonso. Madrid: Alianza Editorial.
[1]
Cfr. Cerrón-Palomino (2003)
[2]
Por historicidad se entiende que “la
actividad lingüística se presenta siempre bajo la forma de sistemas
tradicionales propios de comunidades históricas, sistemas que se llaman
lenguas” (Coseriu 2006: 328)
[3]
De acuerdo con Coseriu (2006: 328), la alteridad
consiste en la creación de signos creados “para el otro” o, mejor dicho,
pertenecientes desde el inicio al otro.
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